¿POR QUÉ EN MADRID SE NOS CONOCE COMO “GATOS”?

Para conocer el origen de esta historia, nos tenemos que remontar, allá por el año 852. En esa época España estaba dominada por la invasión árabe y Muhammad, hijo de Abderramán II, fundó la villa de “Mayrit”. La villa de “Mayrit”, dado el lugar estratégico en el que se encontraba, fue objeto de numerosos intentos de conquista, entre ellos, el de Fernán González o el de Ramiro II de León que no consiguieron pasar la infranqueable muralla que la rodeaba.

En mayo de 1085, las tropas de Alfonso VI se embarcaron en un ambicioso proyecto que consistía en liberar Toledo del dominio musulmán. Para comenzar con esta invasión, el monarca consideró importante hacerse con “Mayrit”, fortaleza de gran relevancia estratégica y táctica. Para ello, al amanecer, las tropas del rey llegaron sigilosamente a la Puerta de la Vega para coger al enemigo por sorpresa. Cuán fue la sorpresa de todos al ver la altísima muralla que protegía la ciudad con aproximadamente doce metros de altura. Pero, ni corto ni perezoso, un joven y valiente soldado del rey, se dirigió a la muralla y comenzó a trepar, con la única ayuda de una daga y con una habilidad asombrosa. Tal fue la destreza del joven que el rey exclamó: “¡Parece un gato!”. Una vez hubo superado la muralla, el osado muchacho consiguió llegar a una de las torres de la fortaleza y retiró la bandera árabe colocando en su lugar la insignia cristiana. Este valiente soldado fue conocido, desde entonces, como “gato”, apodo que se extendió a toda su descendencia.

En cuanto a quienes podían ostentar este “título”, parece ser que en un principio se limito a aquellos que al menos sus dos padres también hubieran nacido en Madrid. Pero con el paso del tiempo se fue extendiendo al sólo hecho de haber nacido en Madrid. Leyenda o realidad, las generaciones venideras creyeron que su apodo se lo debían a su arriesgada hazaña de este valiente soldado, imprimiendo un empaque a esa ciudad que con el paso del tiempo se convertiría en la capital de España.

¡Brindemos por la ciudad que nos vio nacer con el vermut más «gato»: Vermut Zarro, el Vermut de Madrid!