Periodista y consultora de comunicación, Cristina Barbero puede presumir, entre otras muchas cosas, de haber sido la creadora del Día Internacional de la Croqueta. Y aunque ahora toda su vida gira en torno a la gastronomía su pasión por ella por nació  casi por casualidad.

Trabajaba en los informativos de una cadena de televisión nacional, haciendo contenido para la sección de economía, cuando un amigo me propuso trabajar en una agencia de comunicación especializada en gastronomía. No sabía muy bien qué hacían exactamente allí, pero me lancé y empecé trabajar como ejecutiva de cuentas, en la comunicación de restaurantes y marcas de alimentación. Creo que allí conocí la gastronomía de verdad, descubriendo nuevos platos y sabores que nunca había probado antes. El trabajo era absolutamente variado, ningún día se parecía al anterior y eso me enganchó muchísimo. Mi fuerte curiosidad y ganas de aprender cosas nuevas cada día encajó a la perfección con esta profesión, que adoro. No me imagino haciendo otra cosa.

Últimamente te vemos en todos los medios como la creadora del Día Internacional de la Croqueta. ¿Cuál es el mejor maridaje para una croqueta?

Me siento muy orgullosa de haber aportado un granito de arena a una celebración que era muy necesaria. A la mayoría nos encantan las croquetas, las hemos probado en las casas de nuestras madres y abuelas, y necesitaban este reconocimiento, que ha terminado siendo internacional. Mi mejor maridaje es, sin duda, compartirlas con la gente que quieres. Aunque suene a tópico, no me gustaría tener que comer una ración yo sola, sino poderlas disfrutar en la compañía de gente querida; sea en casa o una taberna a la hora del vermut.

¿De dónde viene tu afición al vermut?

Creo que mi afición al vermut viene del mismo sitio que mi afición por la gastronomía. Una vez que abres tu mente y corazón a probar cosas nuevas, de lo bueno siempre acabas repitiendo. Y a mí me encanta la hora del aperitivo, donde disfruto mucho de un buen vermut.

¿Alguna anécdota tuya en torno al vermut?

Recuerdo unas Navidades en la casa familiar, cuando fui con mi madre dando un paseo a comprar el pan. Estábamos contentas de reencontrarnos y empezamos la hora del aperitivo a tomar vermut. Hicimos una ronda de bares y volvimos a casa bailando y cantando súper contentas. Eso sí, no nos olvidamos de comprar el pan.

¿Cuál es tu vermut favorito?

El vermut Zarro Especial Taberna me encanta. Es el sabor de toda la vida, súper reconocible, pero que se presenta en una botella vintage, que me recuerda mucho a mi infancia, cuando acompañaba a mi abuelo a rellenar la botella de gaseosa a la taberna del pueblo.

¿Vermut en la cocina, cocinando o de aperitivo? ¿Cuál es tu momento preferido para tomar el vermut?

Entiendo a la perfección el sabor y matiz que aporta esta bebida a los platos. Pero yo suelo cocinar de forma muy básica y casi todo al horno. Sin duda, el vermut lo prefiero a la hora del aperitivo o mientras cocino, pero sin desperdiciar una gota.

Si pudieras elegir con quién compartir una buena charla y un vermut, ¿con quién sería?

Mi vermut ideal sería con Mario Alonso Puig, un médico que dedica gran parte de su tiempo a dar charlas y conferencias sobre cómo potenciar las capacidades del ser humano en momentos de cambios y desafíos. Es una persona tremendamente inspiradora.