Carmina Prieto es directora creativa y de comunicación. Ha trabajado en numerosos proyectos destacados como el Mercado de San Fernando, Sala de Máquinas, Kitchen 154 y Coometas-Encantado de comerte. Su habilidad para cuidar marcas y generar contenido la ha convertido en una experta en Brand Management y Social Media Strategy.
Además, Carmina es escritora, con dos libros publicados—(des)amores, Mamá Manzano, un poemario sobre el duelo llamado Cuerda. A cuatro metros de distancia, y una antinovela que se publicará en 2024. También es una talentosa fotógrafa profesional, destacándose en retratos y bodegones, con un proyecto personal único sobre el moho en alimentos y naturalezas muertas. Carmina Prieto es, sin duda, una profesional integral cuyo trabajo inspira y conecta profundamente con su audiencia.
Carmina Prieto estará en la feria del libro este año presentando su último poemario. Ella trabajó con Zarro para proyectos anteriores, y conoce nuestro vermut de una manera muy especial. Es por eso que hemos querido hacerle unas preguntas con motivo de este mes tan especial para ella y su profesión.
¿Cómo conociste vermut Zarro?
Cuando llegué a Madrid, el vermut Zarro fue una de las primeras cosas que conocí, mis amigas siempre quedaban a tomar un vermut, como si fuera una tradición, antes de hacer cualquier plan y casi siempre era Zarro, el Vermut de Madrid. Hasta entonces tampoco había tomado apenas vermut y, a partir de ahí, se convirtió casi en un ritual. Además luego, con el tiempo, colaboré con Carlos y con Silvia y ahí ya conocí mucho más el mundo que lo rodea.
¿Vermut rojo o blanco?
Siempre rojo. En algún momento me he tomado algún vermut blanco, pero no terminó de convencerme.
¿De qué manera ha influido el vermut en tu proceso creativo o en tu vida cotidiana?
Alrededor de unos vermuts he tenido millones de conversaciones y he empezado muchísimos planes interesantes. Claramente, el vermut ha estado tan presente en muchos momentos diferentes que se puede decir que ha «nutrido» en cierta manera mi obra.
¿Cuál es tu lugar favorito en Madrid para disfrutar de un buen vermut?
Cualquier bareto de toda la vida, con su barra, pero también un parque o una terraza.
¿Hay alguna conexión especial entre la cultura madrileña y tu poesía?
Bueno, yo es que soy bastante de Bilbao pero llevo ya tantos años en Madrid que seguramente habrá muchas cosas en las que se deje ver la influencia madrileña en toda mi obra. Quizás lugares comunes, desde luego el momento vermut… Al final llevo media vida aquí.
¿Anécdotas o recuerdos relacionados con el vermut?
Alrededor de un vermut he tenido reuniones de trabajo, hemos sacado adelante proyectos… De hecho, el día que decidí que quería dedicar gran parte de mi vida a escribir y sacar fotografías fue un día en el que tenía un vermut en la mano. Luego también tengo una tradición y es que cada vez que cambio de tercio a nivel laboral o personal, cojo un bote de aceitunas verdes rellenas de anchoas, lo vacío en un bol lleno de vermut Zarro y me las voy comiendo con un palillo. Sé que no es la mejor opción para el sabor del vermut, pero a mí me encanta y siempre supone un punto de inflexión, como el comienzo o el final de una etapa.
