Alipio Ramos llegó mucho antes que el resto a una de las calles más bebidas de Madrid: la calle Ponzano. Fue en 1916 cuando esta taberna abrió en la que, por entonces, era una calle normal de Chamberí. Mucho ha llovido desde entonces, tanto que Ponzano es hoy una especie de meca gastronómica. Sin embargo, la fachada de Alipio Ramos nos invita a viajar un siglo atrás para reencontrarnos con las tapas de siempre y, sobre todo, con vermut Zarro, el mejor de Madrid.

La que nació como un despacho de vinos y licores a granel se fue transformando hasta lo que es hoy: una tasca que suele estar llena hasta la bandera. Los clientes acuden en busca de un buen vermut de grifo Zarro fresquito acompañado de unas tapas con mayúsculas: choricitos picantes, migas, croquetas de rabo de toro, tortilla de patata…

Buen ejemplo esta taberna de lo que es saber adaptarse a los nuevos tiempos. Y es que, a pesar de lo que ha cambiado el mundo desde hace 100 años, la Taberna Alipio Ramos ha sabido perpetuar una de las tradiciones más castizas de la capital: la hora del vermut. Por eso, no hay un sitio con más solera que éste para saltarse la dieta y disfrutar de un vermut Zarro con uno de sus platos estrella: el Colesterol (huevos, chistorra, pimientos y patata). Y como la vida está para disfrutar, solo nos queda alzar nuestras copas y brindar con Zarro sin remordimientos.