Si vamos en busca de bares con historia hay que recorrer las calles del centro de Madrid. Aquí nos esperan tascas y tabernas de las de toda la vida, donde la sabiduría de los fogones ha pasado de padres a hijos, conservando ese sabor añejo que tanto gusta. Y mientras paseamos entre museos y grandes hoteles, nos topamos con un clásico de los de siempre, de los de verdad: La Taberna La Dolores. En la zona del barrio de las Cortes y Huertas, concretamente en el número 4 de la Plaza de Jesús, nos espera una taberna con solera, que desprende aroma castizo y que lleva desde 1908 alegrando los corazones de todo aquel que atraviesa su puerta en busca de buenas tapas, cañas frescas y, por supuesto, un buen vermut como Vermut ZARRO, el mejor de Madrid.

Su llamativa fachada de azulejos nos da pistas de que lo que nos espera dentro nos va a gustar. Y es que colarse en La Dolores es poner un pie en el Madrid de antaño: estanterías repletas de botellas, jarras y detalles madrileños, paredes de las que cuelgan carteles de época, acabados de madera, la amplia barra, el trato cercano… todo nos traslada al Madrid de hace cien años. Tras la barra, el personal con don de gentes, anima a la clientela fiel con un griterío amable, muy propio de las antiguas tabernas madrileñas. ¡¡Marchando un vermut de grifo para la señorita…!! En su larga barra blanca de mármol se tiran cañas frescas, se presume de buenas tapas y se sirven vermuts con maestría porque si algo es sagrado en La Dolores, es la hora del vermut y si es vermut Zarro mejor que mejor, que para eso es de Madrid. De eso da fe, su dueño Antonio, que es el que manda en esta casa y el que sigue disfrutando de servir un buen vermut y dar palique a los parroquianos que cada día le visitan. En La Dolores no faltan las buenas conservas, los salazones, los embutidos o los quesos pero, como dice Antonio, “el vermut de cualquier manera, rojo, blanco o reserva, da lo mismo mientras sea Zarro” pero si hay que elegir acompañamiento “que no falten las gildas ni los boquerones en vinagre”, que por algo son los mejores de Madrid. Brindemos con Vermut Zarro…¡larga vida a La Dolores!