En pleno Callejón del Gato (en la esquina de Álvarez Gato con la calle Núñez de Arce) se erige esta taberna cuyo nombre hace honor al histórico óleo de Velázquez, La Fragua de Vulcano. Más allá de la representación artística, La Fragua de Vulcano es una taberna con aire castizo que merece mucho la pena visitar.

El jefe del cotarro es Miguel, que sabe todo lo que pasa en su taberna y disfruta de lo lindo sirviéndote un vermut de grifo Zarro siempre acompañado de alguna de sus tapas caseras: alitas, mejillones en salsa americana, tortilla de patata, taquitos de ibérico…

Su curvada barra de mármol, el aroma castizo que se respira y el bullicio inconfundible de La Fragua son algunas de las señas de identidad de esta desenfadada taberna a la que acuden tanto turistas curiosos con sed de casticismo puro como parroquianos asiduos que se sienten como en casa.

Imprescindible acercarse a la barra y pedir un vermut Zarro bien frío para poder estudiar su carta con detenimiento. No hay que perderse la empanada casera, la tortilla de patata o los callos a la madrileña por nada del mundo. En su comedor interior también se puede disfrutar de buena cocina, especialmente de su gran cocido madrileño que sirven en olla de barro y que tiene fama en toda la zona. ¿Qué más se puede pedir?